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España: El Partido Popular Conservador obtiene una mayoría sin precedentes en Andalucía

La victoria libera al PP de tener que apoyarse en la ultraderecha de Vox para gobernar mientras los partidos de izquierda sufren una derrota

El Partido Popular español ha obtenido una abrumadora mayoría en las elecciones regionales de Andalucía. Es una victoria sin precedentes que le libera de la necesidad de apoyarse en el partido de extrema derecha Vox para gobernar la región más poblada del país.

Con el 99% de las encuestas en la región del sur de España, el PN, que está en la oposición a nivel nacional, obtuvo 58 escaños, tres más de los 55 necesarios para la mayoría. Este es el mejor resultado del partido en la región.

“Hemos hecho historia en Andalucía”, dijo el domingo por la noche el líder del PN en la región, Juanma Moreno. El resultado fue más del doble de los 26 escaños que obtuvo el partido en las elecciones de 2018.

Vox obtuvo 14 escaños, sumando dos más a su avance de 2018, cuando se convirtió en la primera formación de ultraderecha en ganar las urnas desde la vuelta a la democracia en España.

Este logro contrasta con el debilitamiento del partido Ciudadanos, que gobierna como socio menor de la coalición liderada por el PP. No consiguió ni un solo escaño en las primeras elecciones regionales.

La izquierda también sufrió una derrota: el Partido Socialista de los Trabajadores, que gobierna en el país, obtuvo 30 escaños -tres menos que en 2018, su anterior peor resultado en la región-, mientras que las formaciones de extrema izquierda Por Andalucía y Adelante Andalucía obtuvieron en conjunto siete escaños, frente a los 17 de 2018.

“El gran retroceso aquí es del bloque de izquierdas”, dijo Juan Montabes Pereira, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, citando la falta de un liderazgo reconocible, la fragmentación entre los partidos de izquierdas y las encuestas que muestran que los andaluces se han desplazado ligeramente hacia la derecha en los últimos años. “Esto es un golpe para los socialistas, que gobernaron la región durante 37 años hasta 2018.

La victoria fue una demostración de fuerza para el nuevo líder del PN, Alberto Núñez Feijóo, que ha tratado de distanciarse de la extrema derecha y presentar el partido como una alternativa moderada.

“Sé que este discurso puede parecer aburrido o anticuado, pero, disculpen, creo que la política no es un desfile de moda ni un reality show”, dijo Feijoo durante un reciente mitin.

La votación dejó entrever la magnitud del problema al que se enfrentan los socialistas del país, liderados por Pedro Sánchez, de cara a las elecciones nacionales previstas para finales de 2023. La pérdida de su antiguo bastión en Andalucía se produce tras las derrotas del PN en las anteriores elecciones autonómicas en Madrid y Castilla y León.

“Sánchez podría enfrentarse a una ardua batalla por la reelección el año que viene”, dijo a la AFP Antonio Barroso, analista de la consultora política Teneo, señalando el temor de los votantes a la inflación mientras el Gobierno central lucha por contener el impacto económico de la invasión rusa de Ucrania.

Los sondeos previos a las elecciones mostraban que el PP no obtendría la mayoría, lo que le obligó a apoyarse en Vox. Si bien el partido de extrema derecha había apoyado anteriormente una coalición liderada por el PN, esta vez -probablemente animado por su reciente entrada sin precedentes en la región por parte de la Junta de Castilla y León- Vox insistió en que su apoyo debía estar ligado a su participación en un gobierno de coalición

Moreno, el líder del PN en Andalucía, ha respondido instando a los votantes a que le dejen gobernar solo, dijo Paloma Román, profesora de política de la Universidad Complutense de Madrid. “Juanma Moreno dormirá bien esta noche”.

Vox, que ha hecho campaña contra los inmigrantes irregulares, los anticorridos y las feministas, aún así consiguió aumentar el número de escaños en dos.

La candidata de la extrema derecha en Andalucía, Macarena Olona, contaba con una reacción negativa a una serie de medidas feministas aprobadas recientemente en España, calificando los planes de baja menstrual de “insulto” para ella como mujer e insistiendo en que las jóvenes del país reciben más ayudas para abortar que para formar una familia.

“Un pequeño aumento de escaños no es el resultado que esperaban”, dijo Roman, señalando las encuestas que mostraban que el partido podría ganar hasta 20 escaños en la región. “Desde el punto de vista técnico, parece que su crecimiento se ha ralentizado”.